Cuando cada vez se hace más y más complicado saber la estación del año en la que nos encontramos, cuando por culpa del cambio climático ya no hace calor en verano ni frío en invierno, toca hoy cumplir ‘treinta primaveras’.
En estas tres décadas hay cosas en el mundo que han cambiado mucho, que no han cambiado apenas nada y otras que han cambiado a medias. Una de esas cosas que parecen que siguen igual que siempre pero que en realidad si han cambiado es Europa. Dominada en los años ’80 por una ‘Dama de Hierro’, al igual que en la actualidad, con la diferencia que aquella era de Lincolnshire y la actual de Hamburgo. Una Europa con un ‘Telón de Acero’ y una Guerra Fría que poco a poco fue cambiando. Empezábamos estudiando Geografía en el Colegio con un mapa político muy distinto al actual, y en muy pocos años surgieron repentinamente docena y media de nuevos estados, al mismo tiempo en el que la Unión Europea fue ampliando los miembros de su club.
Recuerdo perfectamente el primer día de colegio, el parvulario con cuatro años, con la misma claridad que recuerdo el último día de Bachiller. Pocos años más de estudio y de ahí al mundo laboral, donde he podido tener la oportunidad en los últimos diez años de haber tenido un contrato en prácticas (cobrando el 50% del salario del puesto de trabajo y realizando cuatro veces diarias el trayecto de FEVE Torrelavega-Santander para trabajar a jornada partida), he sido socio en una sociedad, empresario autónomo, trabajador por cuenta ajena con contrato indefinido (de una empresa que empezó a despuntar en Junio de 2008 para cesar su actividad por Marzo de 2009 gracias a la crisis), desempleado por poco tiempo y de nuevo trabajador autónomo.
Alguna de las cosas que si han cambiando a velocidad de vértigo es la telefonía (inmóvil en los ’80 y ’90) e internet. Hace poco más de 25 años no todos los domicilios contaban siquiera con una línea de teléfono fijo, y ahora son muchas las personas que tiene dos y hasta tres líneas de móvil. La pregunta habitual de las conversaciones telefónica pasó hace tiempo del «¿Quién es?» al «¿Dónde estas?«, y a finales de los años noventa llegó el ‘boom’ de la red de redes. Es melancólico recordar como en sus inicios se navega por Internet con el navegador Netscape, el buscador más popular era el directorio de Yahoo!, y lo más ‘chic‘ del momento era tener una página personal en Geocities. Después llegaría el Internet Explorer que en poco tiempo ha sido remplazado por Firefox y Chrome, Google que aniquiló al 99% de la competencia, etc, etc. Hemos visto pasar de cero a cien, y de cien a cero, a sitios y servicios como MSN Messenger, Fotologs, Bancos Online y otros tantos. Ahora la información fluye por la palma de la mano a golpe de pulgar gracias a los smartphone, que en muchas ocasiones se hacen indispensables y seguirán evolucionando hacia extremos que muy pocos pueden imaginar a día de hoy. Las redes sociales (Twitter, Facebook, etc.) mueven el mundo, y el que se queda fuera ya no solo no sale en la foto, sino que además no es etiquetado o mencionado. Estas mismas ‘social networks‘ serán reemplazadas en un futuro no muy lejano o evolucionarán a gusto del consumidor y del consumismo.
Es ahora, con 30 años cumplidos en el día de hoy, donde quiero abrir esta ventana desde donde compartir mi visión de la sociedad, de la ciudad de Torrelavega, y compartir mis ideas, opiniones y puntos de vista de las cosas.
Desde las dos ventanas de mi habitación tengo una amplia visión de mi ciudad: al Norte-Noreste puedo ver el Hospital Comarcal de Sierrallana, Miés de Vega con los Campos del El Malecón, la factoría de Sniace y a lo lejos la de Solvay, intuyéndose entre ambas alguno de los pueblos que nos llevan a la costa; al Sur-Suroeste la vista me lleva al Parque Manuel Barquín que entre sus árboles me permite ver la cubierta del Mercado Nacional de Ganados y el Barrio de Nueva Ciudad, coronando detrás de ellos nuestro querido monte Dobra.
Desde hoy quiero compartir con todos-as los-las que queráis leer estas líneas mis ideas, opiniones y perspectivas de todo aquello que pueda ser comentando y expresado en esta ‘ventana‘.
Muchas gracias por leerme, y muchas gracias a todos y todas los que me habéis felicitado en este día tan especial en el que cumplo ‘treinta primaveras‘.