El viernes 12 de junio de 1925 tuvo lugar en Torrelavega el acuerdo unánime de la corporación municipal de adquisición del palacio municipal ubicado en el bulevar de Luciano Demetrio Herrero. La prensa de la época («El Cantábrico», 14 de junio de 1925) calificó tal sesión plenaria como «memorable» e «histórica».
Se materializaban así las gestiones realizadas por el alcalde de la ciudad, Bonifacio del Castillo, que había viajado hasta Madrid para reunirse y negociar con Demetrio Herrero, propietario de tan ilustre edificio. El precio, plazo de entrega y condiciones de pago tuvo el beneplácito de todos los concejales, lo cual fue una satisfacción para los vecinos y vecinas.
La prensa destacaba del palacio municipal, al que calificaba como «joya arquitectónica», el exterior del edificio, con su fachada de piedra de sillería, torre central con reloj, columnas, guardapolvos y escalinata en las tres puertas de medio punto.
Así como una especial valoración de su interior, «El hall, de finos mosaicos en el suelo, de mármoles y jaspes en el zócalo y de poco artesonado en el techo, corresponde á la entrada de un palacio. La puerta, de dos hojas, que da acceso á la escalera, tiene lunas de una pieza, legítimas de Saint Gobain. A los dos lados, la biblioteca y un saloncito azul, artística y elegantemente decorados, como todas las habitaciones del entresuelo y del piso. La escalinata, toda ella regia, de mármol de Carrara, con rodapié y pasamanos finísimo. Se calcula que en mármoles hay cerca de veinte toneladas, cuyo valor aproximado es de noventa mil pesetas. El salón central, cuya altura corresponde á la del primero y segundo pisos, están espléndido, que forzosamente habrá que reservarle para las grandes solemnidades municipales. El techo y las paredes están cubiertos de lienzos pintados al óleo, de muy fácil lavado. Hasta el oro del decorado -que, según nos dicen, no es poco- es de panes de ley, no de purpurinas».
Por su parte, Deogracias Mariano Lastra, arquitecto municipal, había destacado en su informe varios aspectos, como: la ubicación del Palacio Municipal, por su «centricidad, cualidad muy importante dada la misión social administrativa, etc etc, de esta clase de edificios»; la calidad de la construcción «en sus aspectos, tanto interior como exterior, revela un esmero en su ejecución y en calidad de sus materiales difíciles de mejorar»; o el precio de venta del edificio «en la actualidad pequeño en relación con su valor intrínseco». Considerando, por último, la adquisición como «un acierto convenientísimo para los intereses del Ayuntamiento».
Hoy, cerca de 96 años después de tal acuerdo, parece más necesaria que nunca la rehabilitación integral y completa de la casa consistorial, en continente -e incluso en contenido-, para que pueda albergar en su totalidad las dependencias municipales, lugar de trabajo del personal y corporación municipal.
En los últimos años las posibilidades de crecimiento volumétrico del palacio municipal se han incrementado tras el convenio de adquisición del Cine Pereda (2006, Ruiz Toca), que funcionó como tal entre 1983 y su incendio ocurrido en abril de 2001, la modificación nº 43 del Plan General de Ordenación Urbana (2010, Gómez Morante), y los acuerdos urbanísticos que posibilitaron el pago de aquel convenio (2019, Oyarbide Diedrich).
Extracto del acta de la sesión extraordinaria del Pleno del Ayuntamiento de Torrelavega celebrada el viernes 12 de junio de 1925 a las seis y media de la tarde:
Acuerdo de adquisición del palacio municipal propiedad de Demetrio Herrero Proigas:
PROPOSICIÓN DEL SR. HERRERO SOBRE VENTA DE SU PALACIO
«Siguiente escrito:
Sr. Don Bonifacio del Castillo y Orcajo, Alcalde del Ayuntamiento de Torrelavega:
Muy Sr. mío: Cómo resultado de nuestras entrevistas para la adquisición por Ud., en nombre del Ayuntamiento, del Palacio del que soy dueño en esa ciudad en el pase de L. Demetrio Herrero, nº 4, y teniendo en cuenta el destino á que segun testimonio de los Sres. concejales que con su firma han autorizado sus gestiones han de dedicarle, que es el de Casa Consistorial: he decidido proponerle á Ud. la siguiente obción (sic) de compra, a saber:
Ofrezco á ese Ayuntamiento mi Palacio de Torrelavega a la suma de (Pts. 275.000) doscientas setenta y cinco mil pesetas libres de todos gastos incluso el de impuesto de utilidades, quedando en garantía el mismo edificio Palacio hasta el término total del pago. Esta cantidad de doscientas setenta y cinco mil pesetas me serán entregadas en tres plazos: las primeras cien mil pesetas en el momento de la entrega del Palacio, las segundas cien mil al cumplirse el año de la entrega, y el resto de las setenta y cinco mil al año siguiente, por la misma fecha. Estas dos últimas cantidades no me producirán interéses, sinó que me serán entregadas sin aumento alguno ni descuento de ninguna clase. Por la adquisición ó compra del Palacio adquirirá el Ayuntamiento el derecho á la servidumbre de paso por el portal de la casita contigua tanto para entrar al piso bajo de aquél como para la entrada al piso primero por la escalera de dicha casa; pero no para la entrada del piso segundo, cuya puerta de acceso la tapiará el Ayuntamiento por su cuenta con un tabique de ladrillo, revocado con mortero y encima yeso fino para igualar.
Por este derecho el Ayuntamiento contrae la obligación de limpieza, fregado bisemanal y conservación de la escalera hasta el primer piso que es lo que ha de usar. Del patio posterior ó trasero adquiere el Ayuntamiento en propiedad la parte que corresponde al Palacio sin derecho a entrar por la puerta que hay en el fondo de la casa contigua. Como actualmente los patios están sin dividir el Ayuntamiento los separará por su cuenta con una pared de dos metros y medio de altura de ladrillo a media asta.
Aunque el Palacio será entregado por mí en cuanto me sea posible desocuparle, con todo me reservo para ello el plazo de seis meses por sí antes no lograra efectuarlo. Esta obción (sic) de compra durará un mes a contar de la fecha, pasado el cual, sin recaer acuerdo del Ayuntamiento quedaré relevado de todo compromiso.
Madrid, 31 de mayo de 1925. Demetrio Herrero».
Asistieron a la sesión, además del alcalde Bonifacio del Castillo Orcajo, los concejales: César Herrero García, Elías Oloriz Vergara, Manuel Carrera Ruiz, Alfonso Pérez Gallego, Luis Merino Padilla, Miguel Doaso Olasagasti, Cipriano Mirones Oruña, José María Valdés Cobo, Dámaso García de los Salmones, Jaime Fernández Diestro, Francisco Vega Quevedo, Bernardino San Juan Roqués, Manuel Trugeda Cayuso, Ramón Obregón Vargas, y José Ingelmo Terán.